Vida y Muerte son hermanas


Vida y muerte son hermanas… y se llevan bien entre ellas. Ambas se acompañan y se honran mutuamente. Es como una danza sagrada donde cada una sabe cuando le toca bailar. A la vida le encanta abrirse paso por veredas insospechadas… A la muerte también.

Cuando esto escribo me entero que un avión se desplomó en medio del Periférico de la Ciudad de México, en una hora de mucho tráfico… La muerte llega insólitamente. De hecho, hoy por la mañana había decidido escribir acerca de ella.

Mi hermana me habló por teléfono para saber cómo estaba, pues vivo cerca de donde ocurrió el accidente. Me imagino que para muchas personas el impulso fue el mismo, sobretodo si suponen que alguno de sus seres queridos andaba por ahí en ese instante. Normalmente no vamos por la vida pensando en la muerte. Es un tema que guardamos como algo muy íntimo.

Hoy quiero proponerte un breve ejercicio de Tanatología, -que es la reflexión acerca del sentido de la muerte, el sufrimiento y el proceso de duelo-. Ah! Por cierto, meditar en la muerte es invertir en la vida.
Dale un vistazo a las preguntas que pongo enseguida y responde las que más atrapen tu atención:

¿A qué edad te gustaría morir si pudieras elegirlo?

¿Cuál sería el modo para hacerlo?

¿Cómo desearías que fuera tu funeral?

¿Qué te gustaría que hicieran con tu cuerpo?

¿Te agradaría donar tus órganos al morir?

¿Qué crees que pase después de la muerte?

¿Quién querrías que estuviera en tu último instante de vida?

Si después de morir, pudieras regresar a despedirte de alguien, ¿Lo harías y de quién?

¿Qué harías si hoy te quedaran 15 minutos de vida?

Ésta serie muestra tu visión personal acerca de la muerte, la vida y el destino… pero hacia el futuro. Ahora te daré otra lista sobre lo que ha sido tu pasado y tus experiencias concretas con ella:

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en un velorio?

¿Cómo lo viviste?

¿Cuál ha sido la experiencia más próxima que has tenido con la muerte?

¿Cuáles han sido las muertes más significativas en tu vida?

En mi caso, te comparto que las muertes que más han tocado mi alma han sido las de mi abuela materna, mi hermanita Aída y una muy especial de un bebé…

Sólo quiero terminar con una cita que me nació ponerla y que llegará a quien la necesite escuchar en este momento: “Hay que morir para vivir. Si el grano de trigo no muere, sólo se queda; pero si muere, da fruto en abundancia.”

 

Jesús Piña
Invierte en tu Vida!
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