Sé tu propia luz
y escucha a tu maestro interno…
Un buen maestro se distingue por ser espejo y ventana para ti. Ellos nos han marcado para siempre. ¿Quiénes han sido los tres mejores maestros que has tenido en tu vida?
Ramiro García, -mi maestro de teatro en la universidad-, es uno de los que yo escogí. Me enseñó a transgredir mis propios límites, rompiendo el cascarón de mis tabúes, miedos y prejuicios.
Lo más seguro es que ni se acuerde de mi nombre, pero yo sí lo recuerdo… fue un cabrón! Era durísimo para el trabajo actoral, me hizo llorar, gritar, odiarlo cuando me presionaba a abrir el corazón y ser yo mismo… pero aprendí muchísimo con él! Desde aquí: Gracias dondequiera que estés!
Como espejo, el buen maestro te descubre tu riqueza y tu pobreza, te ofrece una oportunidad para la aceptación de ti mismo, te acompaña en la comprensión de tu realidad personal y te entrena a mirar el mundo con tus propios ojos.
Como ventana abre ante ti un horizonte de posibilidades infinitas para explicar y transformar el mundo; te indica que «el camino», es el que tú mismo camines; te acompaña en tu búsqueda de identidad, pertenencia y sentido; y te exhorta a que seas un buscador de la verdad, venga de donde venga y la diga quien la diga.
Si te fijas con atención, ser espejo y ventana convierte al profesor en un testimonio de vida, más aún, en un torrente de vida que transmite vida.
Por eso los mejores maestros no sólo te enseñan conocimientos, sino también Vida. Es una profesión difícil, muuuy difícil!, Al dar vida, su misión es la muerte. Todo buen profesor debe morir ante sus alumnos, para que ya no lo necesiten y continúen su formación sin él.
Lo sepan o no lo sepan, los maestros contribuyen a lo que hace más de dos mil años enseñaba el buen Buda sobre el trabajo de conciencia:
“Sé luz para ti mismo y escucha a tu maestro interno”
Has tenido maestros así?
Jesús Piña
Invierte en tu Vida!
PD: Hasta el peor maestro, algo te enseña.