La única manera de poseer un amigo es serlo.
Ralph W. Emerson
¿Quién es tu mejor amigo?
El mío es Jean… aunque él es el mejor amigo de mucha gente.
Nos vemos esporádicamente, incluso en febrero pasado no asistí a su fiesta de cumpleaños;
en cambio, él sí estuvo en la mía.
Un día leí: las amistades no se miden en tiempo, sino en lecciones aprendidas
y a Jean le he aprendido demasiado.
Yo le he comentado que él es un mago y él me corrige diciendo que es un brujo.
Mago porque es un niño sabio escondido en el cuerpo de un hombre.
Sea como sea, -mago o brujo-, es mi mejor amigo.
A Jean lo conocí en una Jornada (un taller espiritual de fin de semana).
¡Creo que hasta mal le caí cuando me vio en ese enorme salón pletórico de jóvenes
buscando algo sin saber a ciencia cierta el final de esa búsqueda!
Ese lugar es una casa de retiros que aún hoy funciona, se llama ICA, está en Tlalpan
y ahí siguen realizándose jornadas.
En aquél tiempo, Jean era para mí un niño fresa con rasgos pequeñoburgueses,
con una virtud que intuí en él y posteriormente comprobé gratamente: su espíritu de libertad.
Él es simultáneamente atrevido y conservador, vanguardista y tradicional, solitario y amiguero…
¡Qué crees! ¡De pronto acabo de descubrir que así soy yo también! ¡Jaja!
Con un amigo compartes semejanzas y compartes diferencias.
Fíjate que usé dos veces la palabra compartir, pues eso refleja nítidamente el alma de una amistad: Compartir la vida.
Un día Jean me platicó su decisión de aceptar un empleo en los Estados Unidos.
Me enojé al saberlo, -de esto ya ha pasado algún tiempo-, ¡imagínate! ¡Ya hasta se regresó!
Pero en esa época lo viví como una traición: “¡Mi mejor amigo me abandona!”
La experiencia de traición nace de tus expectativas incumplidas por el otro.
En mi caso, yo creía que un amigo siempre se queda contigo.
Hoy puedo ver que los vínculos de la amistad rebasan las fronteras del tiempo y el espacio,
es una fuerza más grande a cualquier condicionamiento o sistema de creencias.
Al escribirte esto, recordé una serie de televisión que se mantuvo diez años al aire.
Cuentan las revistas de espectáculos que en la última temporada cada uno de sus seis protagonistas cobró un millón de dólares por capítulo.
¡Un millón de dólares por capítulo! Eso significa que mucha gente lo veía.
¿Ya adivinaste su nombre? Friends.
¡Cuánto valor les otorgamos a los amigos!
Hay quien renuncia a su dignidad para ser aceptado por otro y reforzar su sentido de pertenencia.
¿Pero sabes algo? Un verdadero amigo te ve como eres, te reconoce, acepta lo bueno de ti y lo no tan bueno.
Así son los amigos, te aceptan tal como eres, sin cambiarte nada.
Aquí vale señalar que aceptación es diferente a aprobación.
Yo puedo aceptar que un amigo sea alcohólico aunque desapruebe su adicción.
Me quedo con el ser humano, no con la botella.
Y a todo esto, ¿Cómo nace una amistad? Creando lazos.
Un lazo es un trocito de vida compartida con alguien: una plática, un detalle, una salida al cine,
una fiesta, un velorio, un regalo, una caricia, un abrazo, lo que se ha vivido juntos.
¡Sí!… Ahora lo puedo ver más claro todavía: Jean es mi mejor amigo y tiene un buen lugar en mi corazón…
¿Quién es el tuyo?