Siempre serás la primera


Firmamos el divorcio un 2 de diciembre, el mismo día que nos hicimos novios sólo que con diez años de distancia entre uno y otro evento. Coincidencias de la vida que uno descubre inesperadamente. Esa tarde, ella me invitó un whisky en su casa, ahí platicamos recuerdos, anécdotas, momentos de vida compartida de lo que habíamos aprendido uno del otro, sobre lo bueno y lo no tan bueno entre los dos, pero muy especialmente nos agradecimos el camino que recorrimos juntos como pareja…

La conocí en una fiesta de Año Nuevo, en la casa de Jean, mi mejor amigo, -aunque él es el mejor amigo de todo mundo-. Ese día ella se había enojado con su novio, sólo que yo no lo sabía. Lo que sí sé, es que la vi recostada en un sofá, dormida, vulnerable, inspirándome ternura y deseo, era como si quisiera ser su padre y su amante al mismo tiempo. Ella dice que me vio en el atrio de una iglesia, de pie y con un cigarro en la mano, hablando acerca de cambiar al mundo, proyectando seguridad, fuerza y voluntad. Esa era mi máscara en aquél tiempo. Recuerdo que en una ocasión le mencioné que ella convertía a los mariquitas en hombres. Lo dije por experiencia…

El divorcio duele. Aún cuando uno sienta que es lo mejor que puede hacer, hay algo en el corazón que se rompe, se rasga y te lastima hasta hacerte llorar. Lo más increíble es que si me dieran a elegir una vez más, la elegiría sin pensarlo. Gracias a ella, soy una mejor persona. Desde su oposición, sus reclamos, la dureza de su crítica, los momentos de ira y enojo, ella me enseñó a evolucionar. En la prueba, tu maestro interno te pide que trabajes. Ella ha sido mi maestra…

Un día fuimos a Canadá, estábamos en medio de las Montañas Rocallosas, íbamos en grupo, pero ella y yo nos adelantamos y ascendimos a los glaciares. En medio del silencio, mientras anochecía y ante uno de los paisajes más espectaculares que he admirado, le dije que ya habíamos estado allí, en otro tiempo, en otra vida, en otra circunstancia. Sentí que mi alma le decía a la suya: “En el camino de la eternidad, hoy estamos en la estación del matrimonio; sin embargo, ésta es sólo una más de las estaciones de nuestra evolución”…

Nos casamos en un Monasterio, y en el mismo Monasterio rompimos nuestro lazo matrimonial. Hoy no somos esposos, y puedo afirmar con todo mi ser que somos más, mucho más que eso: somos almas gemelas que trascendieron los límites humanos, amigos espirituales que aún siguen aprendiendo la lección del amor de pareja con otros maestros, pero sobretodo, somos padres de una hermosa niña cuya Vida le llegó a través nuestro. Hoy, esa niña sabe que juntos o separados, siempre seremos sus papás…

En un excelente blog, -“Verdadera Seducción”-, aprendí que escribir en la Red como persona es abrir tus emociones y compartirlas con las almas que te encuentres en el ciberespacio. Un día le dije a una de mis pacientes, -y que ya es mi amiga-, que los psicoterapeutas somos vulnerables, débiles como cualquier otro que ríe, llora, grita o se deprime, que se casa o se divorcia. Eso sí, contamos con herramientas de vida para asistir a la escuela del planeta. Una de esas herramientas se las aprendí a Siam, a Paty y a Ricardo, y son las Constelaciones Familiares. Berth Hellinger, su creador, dice que hay que honrar a las parejas que hemos tenido, en el orden que van apareciendo en nuestras vidas. Por eso, hoy, quiero decirle a mi mejor amiga y vehículo de lo más valioso que tengo, que te amo y te honro como la madre de nuestra hija y que siempre, siempre, siempre… ¡Tú serás la primera!

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Jesús Piña
Invierte en tu Vida

Comentarios:

Comentario de: Marcela [Visitante]
Es hermoso ver que existen personas como tu, que transmiten tanta sensibilidad en sus escritos. Tu hija ha de estar orgullosisima de tener un papa que se expresa tan bien de su mama a pesar de no estar juntos pues le transmiten la seguridad de tenerlos. Saludos.
 09.11.09 @ 20:50

Comentario de: Aida Kassin [Visitante]
Querido Jesús:
El título del artículo me llamo la atención, por eso lo abrí. Aunque me cuesta trabajo creer en las casualidades, me llegan estas palabras en un momento particular.
Te reitero mi cariño y admiración por el Ser Humano que eres y me siento afortunada porque en un punto, nuestras vidas se encontaron. Tengo mucho, mucho que aprender de ti.
 12.11.09 @ 23:52

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