Nada es bueno ni malo,
Todo es aprendizaje
Se levantó la contingencia sanitaria en México. Las dos gripes parece que se van: La influenza humana y la del miedo. La última es la más peligrosa porque dejó secuelas en mucha gente. De todas formas, fue un tiempo precioso para mirarse hacia dentro. ¿Qué descubriste y aprendiste de ti mismo(a) en estos 12 días de contingencia?
Yo aprendí a mirarme vulnerable, más al rumor que a un bicho.
Aprendí a voltear la mirada hacia arriba y contemplar el rostro de la Madre Tierra pidiéndonos respeto… y lo hizo con firme amor, aún sabiendo que muchos lo olvidarán a los cinco minutos.
Descubrí que aunque tuviera un millón de dólares en mi cuenta bancaria, eso no me garantiza ni la vida, ni la muerte. Al final, sólo me llevaré experiencias y aprendizajes.
Me di cuenta que extraño aquéllos días donde siendo niño solía pedirle permiso a mi mamá para jugar en la calle y ella me respondía: “Sí hijo, sólo no te vayas muy lejos”. Este Día del Niño mi hija tuvo un pastel en casa pues no había cines, ferias, ni restaurantes abiertos.
Aprendí a ejercer mi derecho de vivir en paz, manteniendo mi centro, sin caer en los extremos de la fatalidad o del valemadrismo. Ah! Y que la paz es fruto del equilibrio entre la mente y el corazón.
Pude comprobar empíricamente lo que había leído en los libros: La facilidad de manipular masas humanas cuando eres dueño de los Medios y el poder.
Valoré la agradable y única sensación del contacto físico a través de un cálido saludo.
Aumentó el amor a mi gente, a mi pueblo y a mi Tierra.
Y algo muy importante: El mundo es como lo quieras ver. Si te duelen los pies al caminar, es más efectivo cambiarte los zapatos, que mandar alfombrar todo el piso del sendero.
Y tú, Qué aprendiste?
Jesús Piña
Invierte en tu Vida!