La pareja es como un par de zapatos:
Iguales pero diferentes.
El derecho no es izquierdo, ni al revés. Si uno decide ocupar el lugar del otro, la pareja queda dispareja y llegan las molestias. Cada uno está donde le toca y juntos sostienen el cuerpo entero.
Los zapatos son llenados por los pies. El hombre es el pie derecho y la mujer el pie izquierdo. Si te das cuenta, caminamos en armonía cuando cada quien hace su tarea, primero avanza uno, luego el otro. Pero si un pie quiere dominar la caminata, protesta el cuerpo, tropieza y luego hasta se cae.
Nadie camina de cojito y si lo intenta le durará poco el gusto, pues un pie se cansa por cargar y el otro pie se cansa por volar en el aire. Sería todo tan fácil si sólo fuera un par, pero como dice la canción: “Somos mucho más que dos…”
¿Cuántas parejas has tenido en la vida?
Todo comienza igual que cuando aprendiste a caminar: regándola. Andar con alguien es intentarlo, una y otra vez, con ensayo y error, sobándose la raspada de la pareja anterior, limpiando heridas, cortándose las venas con galletas Marías, revolcándose en el sufrimiento jurando que ya nunca más te pasará… y ¡zas! te pasa.
Cada persona con la que has andado es tu maestra de vida. Como te darás cuenta hay maestros tremendamente kármicos gobernados bajo el lema de “la letra con sangre entra”. Ciertamente todas nuestras parejas llevan su Nerón adentro, si no, ¿de qué serviría encontrarse un enorme barco donde no pasara nada? Ah! ¡Eso sí! Lo mismo aplica de regreso, es decir, que tú has sido el agridulce tormento de tu pareja.
Por eso, es vital en este aprendizaje del amor romántico que vayas cerrando todos tus círculos con las parejas que has tenido, porque luego se vuelven fantasmas. ¡Y si vieras cuánta gente hay llevando su séquito fantasmal!
Uno de los modos más sanos y efectivos de despedirse, es reconociendo lo que te enseñaron. Claro que si todavía estás en medio de la guerra, no verás más que golpes, insultos y agresiones. Pero si llegaste ya al recuento de los daños, a esa conciencia de ser un sobreviviente del corazón partido, siéntate a escribir lo que aprendiste de tu maestro(a) y con mucha humildad dile en tu corazón: ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
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Jesús Piña
Invierte en tu Vida
Una respuesta a “Los zapatos”
los video de j.r.m. hacen que la pagina sea bantaste lenta y se me queda pillada.aveces he leido algunos comentarios de j.r.m. hablando sobre espiritualidad .j.r.m. te lo pedimos que dejes de colgar videos de esta manera.Si eres un ser despierto lo entenderas! gracias ! saludos!