«La muerte no nos roba los seres amados.
Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo.»
(FRANÇOIS MAURIAC, escritor francés)
Aída es mi hermana menor…
Ella murió muy chiquita de bronconeumonía;
llevaba tan sólo dos meses de nacida.
Hay lazos invisibles que nunca se rompen y el nuestro es de esos,
por eso hoy la recuerdo, pues fue un 16 de agosto cuando ella partió.
Tengo más hermanos y los amo, ellos son parte de mi clan familiar
y cada uno ha construido su destino como mejor le ha parecido, -o ha podido-.
Pero Aída, ¡mi hermanita Aída!, ella siguió la ruta del misterio:
Llegó para irse pronto, aunque pronto es medir el tiempo según uno mismo.
¿Quién sabe en realidad si «pronto» es un instante, una eternidad o una misión cumplida?
Y mientras medito todo esto, me surge una pregunta:
¿Por qué le pusieron Aída como nombre?
Aída, la distinguida y generosa, -según los hebreos,
Hada hermosa, -en la mirada árabe.
¡Pues yo me quedo con los tres!
Distinguida, generosa y un hada hermosa revoloteando por temporadas en la Tierra
para darnos una ayudadita.
¿Tú crees que tus muertos reciban de vez en cuando el permiso divino para descolgarse por ratitos
y darte una manita cuando te hace falta?
¿O tal vez sea más correcto decir que vienen a echarte una ala, por aquello de volverse angelitos?
Yo no lo sé a ciencia cierta, pero mi corazón me susurra que la Vida
es mucho más de lo que veo con mis ojos y toco con mis manos.
Por eso en la tumba de mi hermanita su epitafio dice así:
«Querida Aída, Tú te has levantado y estás viva, Tú has resucitado»
Un día le enseñé a mi hija que la mejor manera de honrar a nuestros muertos
es haciendo cosas buenas con nuestra vida…
¿Y sabes querida hermanita? Siempre he luchado porque así sea,
pero ahora, muy pronto, cumpliré uno de los pendientes que tengo con la Vida
¡Y tú estás invitada!
…Aunque algo muy dentro de mí, me insinúa que ha sido al revés,
que tú me has invitado a encontrar la respuesta flotando en el viento…
Aída Guadalupe, In Memoriam
PD: Cuando vi este video, te imaginé a ti cantándome desde el cielo:
(estimado lector cómplice, sólo dale clic a la frase)
«¿Cuántos caminos debe una persona caminar
antes de que lo llames un hombre?»