«Para obtener éxito en el mundo, hay que parecer loco y ser sabio.»
Montesquieu.
El jueves me tomé unas cervezas con mi amigo Edgard, -él es un hombre en plena expansión y eso me alegra-.
Edgard trabaja por su cuenta y es constelador familiar enfocado al tema de la prosperidad.
«¿Cómo se nota que alguien es una persona exitosa?» -le pregunté después de dos cervezas muy frías en El Mala Fama, un bar de La Condesa. Me platicó algo que yo le estoy nombrando 5=E ,la fórmula del éxito.
Son 5 principios y la E significa Éxito. Leerás también mi libre interpretación de sus palabras.
Fórmula en 5 pasos para el éxito:
1. Cuenta con un para qué
Desear mucho dinero no es razón suficiente para triunfar, necesitas ir más lejos, visualizar una meta más grande que llene de plenitud tu vida.
En lenguaje empresarial es contar con una misión, un objetivo que te mueva a actuar, algo que tú y sólo tú aportes al mundo.
¡Oye! Y a tí, ¿qué te mueve en la vida?
2. Tolerancia a la frustración
Ensayo-error, ensayo-error. La frustración es el choque de tus expectativas con la realidad.
Cada intento fallido es la manera en que la vida te sugiere: «bájale unas rayitas a tus fantasías».
En cada descarga de frustración la realidad te dice: «Hazlo diferente. Por aquí no es tu camino. Sigue buscando.»
Una persona exitosa ejerce su derecho a equivocarse.
3. Pasión por la incertidumbre
Edgard me explicó la diferencia entre un empleado y un emprendedor:
El empleado se aferra a la seguridad, el emprendedor apuesta a la incertidumbre.
Te atreves a hacerlo diferente, nunca sabes los resultados de tus decisiones y proyectos hasta que llega el día de ejecutarlos.
Puedes ganar o perder, pero estás abriendo brechas nuevas para ti.
¿Te has atrevido a algo de lo que nunca te creíste capaz de hacer?
4. Humildad
Un empresario… ¿humilde?
Míralo así: Humildad viene de la raíz latina «humus», tierra.
La persona exitosa acepta sus límites, es realista, ocupa su lugar y desde ahí se mueve, pues tiene los pies en la tierra.
5. Juntarse con gente exitosa
¡Se me hizo tan obvio cuando me lo dijo! Quieres algo, dirígete a donde hay ese algo.
Quieres un helado, ve a la nevería. Quieres un dulce, ve a la dulcería.
Quieres éxito, ve adonde está la gente exitosa, sobretodo los que están arriba de ti.
Compárate con los grandes, observa lo que hacen diferente y aprende de ellos.
No pierdas el tiempo envidiándolos, sólo te revolcarás en tu propia amargura.
¿Qué tal?
Esa noche, -después de varias cervezas más y una apasionada plática sobre el futuro de las constelaciones familiares-,
Edgard y yo nos despedimos para seguir nuestros caminos.
Hoy le reconozco su valiosa información nacida de su experiencia con empresarios de distintos países,
y en esta ocasión quise compartirla contigo.
Jesús Piña
Invierte en tu Vida