Este año todo ha sido Bi, por aquello del Bicentenario de la Independencia en México.
¿Cómo vas a festejarlo tú? ¿o crees que no hay motivo para festejar?

A mí me gustaba celebrar la Noche Mexicana llena de luces, cohetes, colores, sabores:
pambazos, quesadillas, tamales, buñuelos, sopes, huaraches, pozole, chiles en nogada,¡wow!
toda una gastronomía mestiza, digna heredera del maíz.

Somos un pueblo fiestero, hacemos mucho ruido y de seguro esta vez será doble, será un BI-desmadre.
Mínimo un BI-puente que para muchos ya inició.
A quienes me leen en otros países, los mexicanos ya comenzamos las fiestas patrias,
y prácticamente en cinco días de esta semana laboral tan cortita, el relajo estará en su máximo apogeo.
Es paradójico: mientras más sufrimiento, más festejo. Somos un pueblo que en su dolor, ríe.

¿Cuál es tu personaje favorito de la independencia?
Desde niño el mío fue José María Morelos, ¡me impresionaba el trapo amarrado en su cabeza!
Ya luego alguien me contó que el buen Chema padecía migraña.

Y no quiero convertir este post en una lección de historia, pero siempre me surgieron preguntas incómodas sobre los héroes que nos dieron patria:

En plena madrugada, ¿A quién se le ocurrió tocar las campanas del templo si todos estaban dormidos?
¿A poco todos los del pueblo de Dolores sabían de la contraseña?

Si Hidalgo era un cura católico, ¿Cómo es que se pudo casar en Guadalajara? ¡Quién lo casó!
Y si anhelaba la independencia de la Nueva España, ¿por qué su lema fue «Viva Fernando VII», el depuesto rey español?

¿Habrá sido planeado el empate en el partido de fútbol México-España, como una cortesía diplomática?

Y si más de 900 sacerdotes y monjas andaban en el movimiento, ¿quiénes se ocupaban de las labores religiosas?

Doña Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora, ¿trabajaba realmente de corregidora?
¿Será un desliz sexista que sólo haya Estados de la República con nombres de varones?
Hidalgo, Morelos, Guerrero… ninguno se llama Doña Josefa.

¿Cuánto pesaría la loza que llevaba encima el Pípila?
¡Seguro hacía mucho ejercicio el buen hombre del que pocos saben que se llamaba:
Juan José de los Reyes Martínez Amaro.
Bien canta Alí Primera: Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.

Realmente todas estas cuestiones no interesan mucho en estos días, para eso vendrán después los expertos,
por ahora es tiempo de Bi-centenario, Bi-fiesta, Bi-vacaciones.
Mientras tanto, las autoridades se encargarán de ir a las tumbas de nuestros héroes a checar que aún sigan ahí, bien enterraditos,
no vaya a ser que se les ocurra salir a armar otro mitote.
Eso sí, ¡el mitote socialmente aceptado ya arrancó!

De 2006 a la fecha, llevamos cerca de 28 mil muertes vinculadas al narcotráfico
y estamos en el lugar 107 entre 149 países por su nivel de paz según Global Peace Index
Como dice Cristina Pacheco: «Aquí nos tocó vivir»
Desde el kinder nos enseñaron a honrar la bandera,
aprendimos a repetir el catecismo de la historia oficial,
con sus mitos y leyendas, con su pantéon de héroes y villanos.
¿Y sabes algo? Aunque mucho de esto sólo sea parte del imaginario colectivo,
yo me siento honrado de haber nacido en estas tierras mexicanas.

Es mi país, mi casa, mi madre patria, el sitio donde me gano el sustento diario,
donde viven mi familia y mis amigos, donde crece mi hija,
donde me toca evolucionar.

Te quiero compartir una canción bellísima sobre ser mexicano (dale clic al enlace):
Tributo a México