Lágrimas


Hay días cargados de misterio… el misterio de la vida.

«Papá, ¿por qué la gente llora cuando está triste?» -me preguntó mi hija mientras la llevaba al Museo.

«Cuando lloras, estás lavando el alma  -respondí con ternura.

El alma de las personas es como un vaso y cuando uno está triste significa que ese vaso está vacío, le hace falta llenarse de amor. Para eso requiere lavarse, -como lo hacemos con los trastes sucios-, y el modo de conseguirlo es llorando. Ya con el vaso limpio, lo que sigue es llenarlo de amor.

«¡Oye papi! ¿y por qué hay gente que llora de alegría?» -volvió a interrogarme en su inocencia de niña.

Me quedé pensando un instante y le dije: «¡Me gusta tu pregunta! Eso significa que el vaso del alma está lleno de amor y se derrama como el agua. Es tanto el amor que las lágrimas escurren de alegría.»

¿Cuándo fue la última vez que lloraste? Y lo más relevante: ¿fue de tristeza o de alegría?

Un domingo llevé a mi hija al teatro, fuimos a ver «Descubriendo a Cri Crí», un homenaje a Francisco Gabilondo Soler, con el extraordinario cuentacuentos Mario Iván Martínez. En alguna parte del evento comentó: «Infeliz el que vive sin soñar.»

En ese auditorio lleno de papás y niños, pude sentir cómo afloraba el niño que todos los papás guardamos detrás de nuestros cuerpos de adulto y volvíamos a soñar mientras cantábamos «Caminito de la escuela», «El ropero» y obviamente: ¡El ratón vaquero!

Varias veces las lágrimas brotaron de mis ojos y mi hija se dió cuenta. Fue entonces que le susurré al oído: Con la canción de «El ropero» recuerdo a mi abuelita Elvira: «Toma el llavero abuelita, y enséñame tu ropero, con cosas maravillosas y tan hermosas que guardas tú…»

Y cuando llegó  «Caminito de la escuela», ella y yo  recordamos cuando la llevaba al kinder cargada de caballito mientras yo le cantaba: «Caminito de la escuela, apurándose a llegar, con los libros bajo el brazo va todo el reino animal. El camello con mochila, la jirafa con su chal, y un pequeño elefantito da la mano a su papá.» ¿Y qué crees? También se me escurrieron las lágrimas. Jaja!

¿Qué te quiero decir? Que si quieres llorar, lo hagas.

Las lágrimas limpian, limpian y limpian.

Por cierto, te contaré un secreto terapéutico: Cuando lloras con los ojos cerrados, estás llorando como niño. Y cuando lloras con los ojos abiertos, estás llorando como adulto.

 ¿Cómo llorar entonces? Como tu alma te lo pida. 

Tengo un bello tratado sobre  las lágrimas, el dolor y la  tristeza:  Es «El Camino de las lágrimas» de Jorge Bucay.  Pídemelo y te lo envío a tu correo (y ya lo sabes, ¡Es gratis!)

 Jesús Piña


7 respuestas a “Lágrimas”

  1. Jesús que bonito artículo, me podrias enviar le libro por favor, a mi me falta sacar muchas lágrimas atoradas, Gracias por existir.

  2. Hola, que bonita reflexión, muchas veces he llorado con los ojos cerrados y no precisamente de alegría, si no de nostalgia, quisas sea tarde, aunque seria muy grato poder recibir tu tratado sobre las lagrimas 🙂 (grard.grard@hotmail.com) Un abrazo amigo.

  3. Estas reflexiones sobre el llorar, me han servido mucho. Soy una persona muy sensible y cualquier comentario o situacion donde intervienen los sentimientos. . . me engancho facilmente Gracias! : ) me manda el libro?

  4. Me encanto tu articulo!!! me hace reflexionar, sobre mis lagrimas derramadas! Gracias!!!! Por favor, envíame «El Camino de las Lágrimas» Saludos!

  5. hola solo pasaba a desearte un feliz dia del amigo, tus pensamientos y vida vivida me sirven de mucho para crecer ,como ser, sempre m e llegan tus palabras de aliento y alivio, gracias por exitrir Feliz dia angy

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